La pasión japonesa por la artesanía,
está echando raíces en Portland, Oregon

El hecho que Portland sea el centro del movimiento de “Renacimiento de la manufactura” en los Estados Unidos, es en cierto sentido la confirmación de éste país ya no era más “lugar de producción manufacturera”. Debido a la fuerte competencia de precios, muchos fabricantes trasladaron su producción a países con menor costo de personal y menor costo de las instalaciones. En 1997, poco antes que la globalización comience su vertiginosa alza de velocidad, para la reconstitución de la marca “Kershaw” que había tenido un revés en sus finanzas, el grupo KAI instaló la una nueva planta en Portland. Fue una decisión audaz que “iba en contra de la época”. El encargado de esta labor fue confiada al COO Hiroshi “Jack” Igarashi. Fue una “situación muy dura” recordó. “Para construir la planta desde cero, nuestro objetivo fue el reflote de la marca “Kershaw”. Para esto era indispensable y necesario promover los siguientes 3 elementos: Calidad (calidad funcional + calidad visual), Tecnología (nueva tecnología de producción) e Innovación (nuevos materiales y ligado a estos un nuevo diseño revolucionario). Sin embargo, no se puede hablar de “calidad” en una sola palabra, pues tiene muchos sentidos. ¿Cuál es la calidad que los cuchillos de KAI deben ofrecer al mercado estadounidense? Todo el personal ha dialogado mucho sobre este tema. Llegando a la conclusión que nuestros productos deben ser “cuchillos amigables para todas las personas”. Un cuchillo que corte bien y que su uso no cause cansancio. Además que no destruya las células. Dando como resultado que al momento de cortar la cebolla no se tenga que lagrimear, además en caso de cortarse, la herida cicatriza rápidamente. Se decidió transmitir exhaustivamente los valores conseguidos hasta el momento como fabricante japonés de cuchillos. Sin embargo, en esa época no había la internet, todo tenía que transmitirse de boca en boca. Por consiguiente, se pensó que era importante que el usuario al tomar el producto con sus manos, sienta que “es diferente al verlo y es diferente al tocarlo”, lo que nos tomó mucho esfuerzo. En el desarrollo de los productos, mostró su astucia y sagacidad el notable ingeniero inglés Craig Green, quien aún continúa apoyando en nuestras filas hasta la actualidad. Un artesano que ha viajado por todo Estados Unidos entrenando y aprendiendo, que de acuerdo a la descripción de Igarashi, es un “tipo duro”. Colocando a Craig en el centro de las actividades, proporcionó entrenamiento al personal, introdujo equipos de alto rendimiento, además de patentar nuevas tecnologías. Ampliando de esta manera su presencia en el mercado. Gracias a todos estos esfuerzos, en el 2006 la empresa recibió un importante premio en su rubro. Logrando además aumentar las ventas hasta en 10 veces más que al momento del inicio de las operaciones. Craig me comenta emocionado y orgulloso: “en el aeropuerto, el personal me dice: ¿tienes un cuchillo de Kershaw?...Yo también tengo uno”. La tradición japonesa de “cuchillos amigables para todas las personas”, está presente en este país para reactivar la manufactura.