1964 fue un año de crisis para KAI. El alto crecimiento económico del país había terminado, y el número de bancarrotas era el más alto registrado en la postguerra. En 1965, Saijiro II, con el objetivo de enfrentar la crisis, ideó el eslogan: “¡Todo el esfuerzo para cumplir con las políticas!”, como una forma de ponerse de pié y dar vuelta a una nueva página. El retirado vicepresidente, había establecido una planta de fabricación de máquinas de afeitar, además de haber detenido los negocios con la compañía que vendía el 90 % de los cortauñas de KAI, e decir que aún continuaban las consecuencias de las crisis. Saijiro estableció una factoría de pequeña envergadura, además de reducir la producción de cortauñas y fortificado la estructura de ventas de las hojas de afeitar, mediante la implementación de varias políticas de mercadotecnia. Había cierta frescura en tomar esa decisión sin ninguna vacilación
Como una de las acciones para reforzar las ventas, Saijiro organizó un viaje a Hong Kong y Taiwán, invitando a 15 agentes de ventas de compañías colaboradoras. Fue el fundador Saijiro, quien tenía el sueño de “viajar una vez en la vida al extranjero”, pero fue su viuda Hiro quien lo hizo por él, llevando su recuerdo en el corazón. El último día del viaje, los invitados le pidieron “queremos ver al fundador”, fue entonces que ella sacó de su pecho la foto de su esposo. Fue un momento conmovedor, todo el mundo se emocionó con el amor verdadero de la pareja.
Poco a poco el esfuerzo fue dando sus frutos; en 1965, KAI recibe la primera “Marca G” de la industria de cuchillos, con su juego de cuchillos con un diseño de seguridad superior. En 1967, KAI pone al aire su primer comercial en la televisión, además de haberse terminado la construcción del edificio de cinco pisos, en Iwamoto-cho, en dónde vendría a ser la matriz de Tokio.
En 1968, se culminó la construcción de la planta de Oyana (en la actualidad la tercer planta de Oyana), que tenía como objetivo la creación de un sistema para la producción integrada de máquinas de afeitar. En la ceremonia, hubo una escena encantadora, cuando la hija mayor, Fusako y el hijo mayor, Koji (actual presidente del grupo KAI) de Saijiro, cortaron la cinta de inauguración. Para reunir el dinero necesario para la compra del terreno de una hectárea, Saijiro hizo esfuerzos descomunales, incluso su esposa Hisako (actual asesora de la compañía), lo ayudó vendiendo sus joyas y con el dinero de la dote matrimonial que no había tocado hasta el momento. La construcción de la planta costó 270 millones de yenes, el flujo de caja pasaba por una situación difícil, sin embargo la decisión de levantar la planta, fue la piedra angular para el posterior desarrollo del rendimiento del grupo KAI. En 1973, dentro de la planta se construyó el llamado salón matriz, que cumplió el rol de matriz de la compañía. El sistema de producción integrado, se completó cerca de 1975. En el mismo periodo, se culminó la construcción de la segunda planta de Oyana, con un sistema dirigido a la producción de cuchillos y tijeras.
Mientras tanto, Saijiro pasaba la mitad de su vida luchando por su salud. En 1959, a la edad de 34 años, contrajo diabetes, debido al exceso de trabajo y estrés, lo mismo que contribuyó al empeoramiento de la condición de su hígado en 1971, por lo que estuvo en el umbral de la vida y la muerte. Su esposa Hisako, no solamente se ocupó del cuidado de Saijiro, sino que también tuvo que representarlo en varias ocasiones. Sin embargo, no hubo mayores signos de recuperación y en 1972, fue trasladado al Hospital Nacional de Nagoya, en dónde se rechazó cualquier tipo de vista. En el mismo lugar, se le declaró 6 meses de vida. Hisako viajaba todos los días 100 kilómetros desde la ciudad de Seki, haciendo no solo las labores domésticas, sino también el trabajo de oficina. Sus hijos también cooperaron. Después de un año y varios meses de hospitalización, Saijiro pudo salir del hospital en 1973. Se puede decir que la actual KAI, está fundamentada en el “amor y el apoyo” de la familia.