París, una ciudad en la que convergen la exuberancia, pero también el temperamento del artesano

Una tierra en la que se da el valor debido a la tradición,
que es el fundamento, el origen de la artesanía.

París nos muestra casi siempre, una faceta exuberante y “dulce”, a través de la moda y la culinaria. Sin embargo, por otro lado, aún perdura el espíritu por preservar la tradición, historia y las raíces, es decir que se conserva el alma estoica y “agridulce” de un artesano que entrega su alma empuñando sus herramientas. París mantiene estas dos facetas, por lo que se mantiene siempre en constante innovación.

El Canal Saint-Martin, cuenta con
amplio paseo, a lo largo de sus 4.55
km. Bajo un espléndido clima, una
gran multitud de jóvenes disfrutan al
borde del canal. Al estar cerca a la
superficie del agua, el ambiente es
fresco y relajante.

El Canal Saint-Martin, conocido
también por haber sido el escenario
de la conocida película “Amélie”, es
un lugar de reposo para los Parisinos,
inclusive hay personas que traen su
propia hamaca para “disfrutar” sin
hacer nada un día de descanso. Se
puede decir que los Parisinos saben
cómo aprovechar su tiempo libre. En
este lugar se puede apreciar el lado “
casual” de los Parisinos.

París es una ciudad llena de cafés al aire
libre. Todos los Parisinos y Parisinas,
desde una pareja de enamorados, esposos,
inclusive en reuniones de trabajo, utilizan
estos espacios que están tan arraigados a
el estilo de vida, para disfrutar de un
tiempo placentero o “dulce”.

En el área alrededor de la plaza de la Bastilla, en dónde se encuentran los restos de la fortaleza de la Bastilla, lugar de inicio de la Revolución Francesa, no solamente es un punto de gran contenido histórico, sino que es el mejor lugar para la diversión nocturna en París.
En la Rue de Lappe, se puede disfrutar de las bares y cafés casuales, que están abiertos hasta altas horas de la noche. Los recintos están llenos de jóvenes, hasta en los exteriores, se puede sentir la energía que emana todo el lugar.
También existen áreas más tranquilas como Saint-Germain-des-Prés, lugar que a pesar de ser un punto turístico, es muy querido por los Parisinos. El “dulce” paisaje en éste lugar, es prácticamente el que se nos viene en la mente cuando pensamos en París.

París está siempre rebosante de arte por todos
lados. El graffiti dibujado en la puerta corrediza
de la tienda exclusiva COLLETE ha sido
diseñado por el ilustrador JEREMYVILLE.

París siempre está rozando el jolgorio, tanto en la plaza frente al Louvre en el día, como en la Rue de Lappe de la Bastilla en la noche.
Las calles están colmadas de gente, pero también colmadas de diseños creativos que completan el paisaje citadino.
Se puede sentir el espíritu innovador, que va de acuerdo a los tiempos modernos, pero siempre respetando las edificaciones tradicionales.

Muchos Parisinos dicen, “Mi hora más dulce es cuando estoy junto a mi familia o a mi amor”.
Quiere decir que si se disfruta el propio estilo de vida, no se necesita “algo” especial.
Cada escena simple de la vida es algo que se siente “dulce”, tal vez de forma distinta que a lo que se piensa de romanticismo o dulzura, en el pensamiento japonés.